miércoles, 26 de marzo de 2014

Tenía que decirlo.

Sigo dando vueltas a la cabeza, como siempre... es un día mas en el que no veo la vida suficiente.


Estoy sentada a un lado del camino desvariando, cansada de caminar solo con una botella de agua vacía en la mano, han pasado muchas personas por este camino, no creas que no... pero solo me han quitado agua, ahora bien, has pasado tu...
Si, convirtiéndote en una paradoja de la vida, una metáfora de la muerte, y un experimento de la puta suerte. 
Yo solo... prometo ayudarte a llevar las cargas, tú solo.... camina conmigo.

Cierra los ojos y déjame enseñarte lo que la vida me ha enseñado sin que tengas que vivirlo, déjame sujetarte de la mano cuando estés a punto de caer al vacío.
Nadie nos preparó para esta guerra, lo sé.. pero no hace falta luchar ahora solo podemos aprender a no dejarnos hundir.
Déjate querer y no preguntes por qué. 
Mi cabeza llena, mis manos vacías, si fuera todo tan fácil como abrazarte.. como cuando lo curas todo.
Si todo fuera tan fácil como cerrar los ojos y dejarse amar... Espera... ¡Que eso es lo que mi corazón sugiere! tu decides, tu tómalo o llévatelo todo cual viento enfurecido, enserio.
Sé que te has encontrado con una hoja de otoño, quemada y caída, pero no sabes que la primavera que me devuelva a la vida la tienes en los labios.
Ahora eso si, si te vas a ir, por lo menos despiértame antes. Que tu olor no se gasta oliendo, que tu sonrisa no la olvido ni llorando, que tus ojos hablándome no los callo ni gritando, que tienes tus manos tatuadas en mi piel, encima de las cicatrices esas que te gusta difuminar hasta gastarlas y no se van sintiendo ni la miel, que las cosas que solo nosotros entendemos no puedo ni quiero enseñarlas a ningún "él".
QUE ME NIEGO A NO VIVIRTE ¿NO LO VES?

Y así vas tu, pintándome a pulso las sonrisas, y así voy yo, discutiendo conmigo misma por que tengo que dejar de convertirte en poesía.
Me arde tu recuerdo en la cabeza, me pesan los pasos en la espalda, me come el corazón en cuarentena, soy yo la que me regalo tus recuerdos como premio por aguantar los días, léeme con poca luz como si supieras que es como me gusta amar cuando estoy triste, léeme con café, con drogas, alucinando, o solo pensando, léeme alterando tus sentidos, o solo relajado. Léeme pero recuérdame cuando consigas sonreír.
Sé que ofrecerte mi realidad suena bastante mediocre y que hacer si he decidido pintar mis lienzos color ocre. A cambio te ofrezco mi creatividad para inventarnos otra mejor, yo te dejo poner el color.